No te escuches, háblate
Ese es el problema de muchos pequeños empresarios, también de directivos de grandes compañías y de las personas, en general. Nos escuchamos demasiado y no nos hablamos nada.
O sea, que nos autoconvecemos de nuestro propio criterio continuamente, sin ser nada críticos con nosotros mismos y no dedicar tiempo suficiente a la reflexión. Además, a eso le unimos que de forma no-consciente nos rodeamos de personas que piensan de forma similar a nosotros, al final todo de es una espiral de autocomplacencia y falso autoconvencimiento.
No nada más sano que ser crítico con uno mismo y hacer equipo con personas que piensan y tienen una perspectiva completamente diferente a la nuestra. Porque así, contrastando ideas, viendo pros y contras de diferentes puntos de vista es como se crece de verdad.
Dedica tiempo también a la reflexión y a ser crítico contigo mismo. Primero reflexiona, luego contrasta. Dediquemos menos tiempo a escucharnos y más a hablarnos.