Quien mucho abarca…
Como se suele decir, qué sabio es el refranero español. En estos tiempos complicados, es frecuente ver empresas que deciden ampliar líneas de negocio y terminan haciendo de todo. Todo, que al final se convierte en nada.
Cafeterías que se transforman en restaurantes, empresas de formación que terminan vendiendo cursos desde idiomas hasta sesiones de coaching, hasta talleres de coches que también reparan bicicletas (de todo he visto).
Creemos que por tener más gama de productos vamos a vender más, cuando lo que seguramente consigamos es lo contrario. No se trata de ampliar negocio haciendo de todo, sino todo lo contrario. Hacer menos, especializarse. Ser buenos y distinguirse de los demás en algo. Y es imposible ser bueno en todo.
Todos nosotros tenemos en mente un sitio para comprar ese helado que nos gusta. Y pensamos en el helado, pero no en el café que quizá también venda la misma heladería. El establecimiento nos viene a la mente por ese sabor de helado que nos encanta, pero no por el helado, el café, la tarta y los profiteroles. Solo por el helado, porque en eso son buenos.
Ampliar líneas de negocio sirve para aumentar costes. Si soy una heladería y me pongo a vender tartas, ahora tengo que tener las tartas, vigilar las caducidades, tener stock de todos los sabores de tartas… Para vender tres o cuatro trozos. No, vender más cosas no quiere decir que vendas más. Es la especialización lo que va a lograrlo.
Así que, a partir de ahora, si quieres vender más, vende menos pero mejor.