Tenemos appmanía
En un mundo en el que permanentemente estamos conectados y en el que a nuestra mano le ha salido un suplemento llamado smarphone, es lógico que todas las empresas que venden a cliente final quieran tener su propia app para estar en el bolsillo de sus potenciales clientes. La oferta y la demanda de toda la vida, nada nuevo.
Lo menos nuevo, aparece cuando la app en sí es el negocio, es la empresa. Varios casos de éxito han dado la vuelta al mundo y han convertido a sus creadores en potentados de la noche a la mañana.
Whatsapp, por ejemplo, no tenía otro modelo de negocio que ser comprados. El euro y pico anual no es más que una excusa para atraer inversión. Y ahí está, es una de las aplicaciones más usadas en el mundo, ahora propiedad de Facebook y aunque nadie sabe de qué vive, todo el mundo la usa. Claro, que algo parecido le pasa a la empresa que la compró.
Y cuando hay casos en los que con poco esfuerzo unos pocos se han hecho millonarios, viene la imitación. Ahora todo el mundo quiere crear app para que venga un inversor y los retire a las Bahamas. Que puede ser que ocurra, no digo que no. Pero ¿cuántas aplicaciones hay en la app store de Apple o en la Google Play? ¿miles? ¿Y cuántas de esas tienen el éxito de Whastapp? Nos sobran dedos de las manos para contarlas. Pero ahí seguimos, con la Appmanía.
Hemos llegado a un punto en que hemos perdido un poco el oremus con esto de las aplicaciones. No se crean para cubrir carencias en los potenciales usuarios. No se crean para dar un servicio útil, ni para facilitar nada. Se crean para que llegue un inversor y la compre. Tanto mundo virtual, que nos hemos creído que el valor también es virtual.
Para que se inviertan millones en un proyecto hace falta que el proyecto, potencialmente, pueda hacer ganar millones. Hay momentos, en que el afán de imitar nos pierde y nos olvidamos que una empresa no nace para que alguien invierta en ella. Lo hace para cubrir una carencia es sus clientes. Tantas ramas nos hacen olvidarnos de la raíz del marketing: detectar necesidades y ofrecer soluciones que las cubren de la forma más efectiva posible.