Las redes sociales y las empresas
Hace unos días, presencié una conversación que hacía ya algún tiempo no escuchaba. Incluso pensaba que estábamos ya superando ese tema. Varias personas del mundo empresarial, hablaban acerca de las redes sociales e incluso afirmaban que habían indicado en sus empresas el cierre de los perfiles en las diferentes redes sociales considerándolos una pérdida de recursos.
Cierto es que vivimos un tiempo en el que en muchos casos se le da a las redes sociales más importancia de la que realmente tienen. Pero también se espera de ellas un uso y un resultado que no tienen ni tendrán.
Hagamos un poco de memoria. Hace unos años, tampoco tantos, el telemarketing, o sea esas llamadas que hoy todos odiamos, eran efectivas. Las empresas invertían recursos en call centers porque eran rentables. Hoy no hace falta decir que no funcionan como antes, entre otras cosas porque todos odiamos esas llamadas cuando las recibimos. Sin embargo, ninguna empresa se plantea por ello no tener teléfono.
El hecho de tener teléfono no es una pérdida de recursos ni mucho menos. Ahora, si le damos al teléfono un uso para el que no va muy bien, pues entonces lo más probable es que sí lo sea. Igual ocurre con las redes sociales.
No son una pérdida de recursos, en general. El problema es que queremos que sirvan para lo que no son. Es como si al dar de alta un número de teléfono pretendiéramos que al día siguiente solo por el hecho de tener a alguien que lo atienda estemos haciendo ventas. Sin embargo con las redes sociales pensamos que es así. Pensamos que por el hecho de tenerlas y atenderlas, ese tiene que convertirse en el principal canal de ventas.
¿Que hay empresas que lo han conseguido? Claro que sí. Igual que hay empresas que de ser prácticamente una persona han pasado a ser una gran corporación o a ser comprada por algún gigante en muy poco tiempo. Pero no es lo habitual. Tampoco es lo habitual vender en redes sociales. Es más, los clientes no acuden a las redes sociales a comprar. Van a hablar, que para eso están.
El problema no es que no sea rentable estar en redes sociales. El problema es que no sabemos para qué sirven. Las redes sociales no son un canal de ventas. Son un canal de comunicación. Como el teléfono, como el correo electrónico, como tantos. Con la ventaja de que en las redes sociales, normalmente es el cliente quien elige hablar con la empresa. Es el cliente quien se acerca y no al revés. Del uso que la empresa haga depende dejar que el cliente se acerque o alejarlo totalmente. El problema no son las redes sociales, el problema es no saber para qué sirven. Un problema que parece que no terminamos de entender. Lo malo no es no entenderlo, sino llegar a hacerlo cuando ya sea demasiado tarde.