Una de las experiencias más emocionantes de mi vida ha sido escribir un libro. Una vez escrito, ver cómo su diseño va tomando forma a través de las pruebas ya maquetadas que manda la editorial, es casi tan gratificante como convertir ideas en palabras.

Aunque, sin duda, uno de los mejores momentos, solo comparable con verlo en el estante de una librería, es cuando recibí la portada. Un gran trabajo por parte de la editorial y creo que la mejor portada que Neuropymes podía tener.

La portada del libro tiene, en la parte superior, un dibujo de una neurona. Ésta, simulando un árbol, recorre toda la franja de color desde la base hasta cruzar el título. La letra «o» cambia de color al ser la intersección entre el dibujo y el texto.

Pues bien, me dispuse a colocar el mismo dibujo, la misma neurona, en la cabecera de este blog. Como hay que predicar con el ejemplo, hice un pequeño estudio combinando eye-tracking y EEG. Con la primera herramienta podemos saber dónde mira el usuario en todo momento. Con la segunda podemos medir su actividad cerebral.

Esperaba, sinceramente, que el resultado fuese bueno. El diseño de la portada me encantaba. Sin embargo, cuando el eye-tracker indicaba que el usuario de la web estaba mirando a la neurona-árbol, las mediciones del EEG indicaban que se activaban zonas que para nada eran interesantes que estuviesen excitadas. Muy a mi pesar, la neurona provocaba rechazo.

Antes de decir a los amigos de ediciones Pirámide que había que prescindir de ese (para mi) tan bonito dibujo, decidí hacer otra prueba. Como el libro no estaba impreso aún, imprimí a alta calidad la portada en papel glossy y la pegué en otro libro. Repetí el estudio con este libro improvisado. Aunque, claro está, sin que el lector lo abriese, pues el interior era un recetario de cocina.

¡Sorpresa! Las mismas personas cuyas lecturas del EEG indicaban sentir rechazo al ver el diseño en la cabecera de este blog, al verla en papel sentían todo lo contrario.

¿Y ahora qué? El la web el dibujo de la neurona no funcionaba y en el libro sí. Se confirma que, tal y como habíamos visto en otros trabajos, no tiene ningún sentido maquetar y diseñar igual para trabajos en papel que para trabajos en pantalla, aunque el contenido sea el mismo.

No es solo la retroiluminación del dispositivo electrónico, como creíamos. Este estudio casi improvisado, casi por curiosidad, nos lleva a pensar que, cuando leemos en pantalla buscamos, de forma inconsciente, diseños más simples.

En un futuro próximo, con otros estudios, trataremos de profundizar más en este tema. De momento, ha servido para que neuropymes.es prescinda de la neurona-árbol que tan buen resultado da en la portada del libro en papel.