#Comohacer para enviar mails y que se lean
Muchas empresas dependen de una gestión adecuada de una base de datos. De avisar en el momento justo. De llegar a la base de datos de clientes para decirles que ahora es el momento. Sin embargo, la mayoría de esos mails no se leen.
Nos esforzamos en una redacción que llegue al cliente, nos esforzamos en un diseño atractivo, en que el contenido sea interesante y sin embargo fallamos en lo más elemental. Si el correo no se abre da igual lo que pongamos en el interior, no se leerá. ¿Y cómo hacer para que se abra?
Establecemos dos filtros para decidir si abrimos un correo o no. Y dos filtros que habitualmente no depende ni de ningún antivirus ni ningún antispam. Son dos filtros que están en la cabeza de tu cliente.
El primer filtro está relacionada con quien lo manda. Independientemente del contenido, el cliente cuando ve un mail que proviene de ciertos remitentes directamente no los abre. Quiere decir que si habitualmente saturas a tu cliente con mails, es muy probable que te coloque en «su lista negra particular». Entonces, cuando vea un correo tuyo, lo ignorará. Cuida también lo que pones como «De» en la configuración del programa con el que envías el correo.
Las aplicaciones tipo Mailchimp te dicen si un usuario ha abierto los correos o no. Pero cuidado, que eso no quiere decir que se lean. Muchos usuarios abren el correo para que se marque como leído, pero aunque tienen el correo en pantalla no lo leen. Solo lo quieren tener ahí para que no les aparezca su lectura como pendiente. Cuando abres Mailchimp tú crees que el cliente está leyendo tus correos, pero no, no todos los que aparecen como leídos lo han hecho realmente.
¿Y qué hacer para que mi cliente los lea? Enviar solo información de interés directo para el cliente. Ni boletines, ni noticias, ni nada. Si acaso, usar dos cuentas que por el remitente se diferencien perfectamente. De modo que tengas una cuenta que el cliente no ignore.
¿Y una vez pasado este filtro? Una vez pasado este filtro, viene cuidar el elemento más importante de un correo electrónico: El asunto.
El asunto no es un resumen del correo. No hay que dejarlo para el final. Es lo primero que hay que redactar. El asunto tiene que invitar a leer el mail y marcar toda la línea de la redacción del mismo. Si el cliente considera tu mail interesante, pero el asunto no, adiós al contenido. Al traste toda la redacción y diseño del mail.
El asunto es lo más importante del correo y a lo que más tiempo hay que dedicarle en su redacción. Asunto y remitente, los dos aspectos más descuidados habitualmente tanto en correos personales como en comerciales, sin embargo los dos elementos clave para que alguien que lo recibe decida leer lo que le envías.