Cuando la llamada es mejor que el correo electrónico
A todos nos ha sonado alguna vez desde el teléfono, con una voz del otro lado que dice: «mejor te llamo que escribirte, que es más rápido». Y es verdad, en esos casos es mucho más práctica la llamada. Pero la mayoría de las veces no es porque la llamada per se sea más rápida, sino porque no sabemos sintetizar lo que estamos pidiendo.
«Si no puedes resumirlo en dos frases, no lo tienes lo suficientemente claro». Es una máxima que me encanta. No porque sea algo que no se pueda solucionar con la llamada, sino porque recurrimos a ella al no tenerlo del todo claro y muchas veces eso hace que luego haya que dar pasos atrás. Con lo que habremos perdido el tiempo.
Merece la pena cuando uno tiene la sensación de que es más rápido la llamada, pararse un momento y pensar si el problema es que uno no lo termina de tener claro. Porque a lo mejor ese tiempo que te ahorras con el teléfono lo pierdes más tarde cuando tengas que deshacer parte del camino por no haberlo tenido claro.