La trampa de la alta autoexigencia
Es el problema que más frecuentemente me plantean emprendedores que quieren lanzar su producto pero nunca ven el momento adecuado para hacerlo. Siempre hay algo que mejorar y van retrasando el lanzamiento hasta que llega un momento, sobre todo si es un producto tecnológico, que ya es tarde para lanzarlo porque el producto está obsoleto.
Aunque , como decía, es frecuente en emprendedores también es común verlo en personas que no lo son. Son los que se ven incapaces de hacer todo porque dicen exigirse a sí mismos demasiado.
Exigirse un poco por encima de los límites de lo que uno es capaz de hacer está bien, es lo que nos hace crecer. El problema viene cuando se convierte en un arma de doble filo y la autoexigencia nos paraliza o nos perjudica como en los dos ejemplos anteriores.
Para ambos casos la solución es la misma. Cuando te piden algo está bien exigirse, pero ¿te has parado a pensar que lo que sea que estés haciendo no es para ti sino para otro? Si estás desarrollando un producto el producto no es para ti, sino para tus posibles clientes. Si no le preguntas a ellos probablemente estés desarrollando cosas que ellos no valoran y dejando atrás otras que sí y no te has planteado. Por eso no hay que esperar a que la solución sea perfecta, porque aunque lo fuese, lo será para ti no para quien realmente te va a comprar porque no le has preguntado.
Si no eres emprendedor pero el problema es que nunca vez la manera de hacerlo porque te exiges mucho y no te ves capaz, la solución es la misma. No marques tus estándares de exigencia, sino los del otro. ¿Y cómo puedes saberlo? Pues empezando a hacer lo que te ha pedido e ir entregando borradores aunque para ti no estén perfectos. Porque solo así sabrás hasta dónde te pedirá. Si una vez visto qué te pide tú eres capaz de dar más y hacerlo mejor, lo que antes era un obstáculo ahora se convierte en una ventaja. Ahora irás más tranquilo porque sabes que puedes dar más de lo que realmente te piden.
La mayoría de las veces en la que la autoexigencia es un obstáculo, suele haber más miedo al fracaso que autoexigencia. Por eso testar hasta dónde te están pidiendo y qué van a valorar es una buena estrategia para vencerlo.