¿Llegarán los Estados Unidos de Europa?
¿Alguien se acuerda de Mr. Proper? Hoy día se llama D. Limpio. En toda Europa, el famoso producto de limpieza se llamaba Mr. Proper, hasta que el fabricante le puso un nombre distinto en cada país. Mismo producto, misma tipografía, mismo Sr. De reluciente cabeza, pero distinto nombre. Si tendemos a mercados globales donde alguien con una pequeña tienda online en la Alpujarra granadina puede vender igual en la calle de enfrente que en Valladolid, ¿Qué sentido tiene trabajar con marcas diferentes en cada sitio?
Pues precisamente la globalidad es la que les obligó a cambiar de marca. El mismo producto y marca se comercializaba en cada país, pero no al mismo precio. Los costes de Alemania no eran (ni son) los mismos que en España o en Reino Unido. Así que los mayoristas de los países en los que el producto era más caro, con la apertura de mercados que supuso para los países miembros la Unión Europea, comenzaron a traerlo desde los países donde era más barato, con el consiguiente fastidio para las fábricas donde los costes eran mayores. Solución, trabajar con una marca diferente en cada país. Así aunque el mayorista importase el producto, el cliente encontraría en el lineal una marca diferente a la habitual.
P&G, propietario de la marca de la frente despejada, no es la única empresa que se ha visto en estas circunstancias, ni mucho menos. Aunque sí uno de los ejemplos más famosos, quizá por lo arraigado que estaba eso de Mr. Proper en los que hoy tenemos algún año más de treinta. Fue la forma de adaptarse a unas nuevas circunstancias. Antes no era tan sencillo comprar en otros países y a partir de la entonces CEE sí.
Hoy tendría poco sentido esa práctica. Entonces sí porque los fabricantes ya tenían infraestructuras montadas en cada Estado. Pero hoy, con unos lazos aún más estrechos y unas vías de comunicación mucho más baratas no tiene ningún sentido. Lo que sí que lo tiene es fabricar en unos países, estratégicamente situados, y de ahí llevar el producto al resto.
Tenemos algo que llamamos Unión Europea, pero seguimos pensando como países. Tendemos a unirnos porque eso nos beneficia a todos, pero incluso nos sienta mal comprar algo que está fabricado en otro punto de Europa. Hemos dado pasos para la unión económica y más que nos quedan, pero seguimos pensando como si cada uno fuésemos a nuestro aire. Nos falta mentalidad de unión. El futuro o son los «Estados Unidos de Europa» o no serán.
Curioso, pero las elecciones Europeas, esas a las que nadie da importancia, serían casi como las elecciones Presidenciales en USA. Incluso sin existir el homólogo americano, estos comicios son importantes, pues ahí se deciden políticas que luego todos Estados están obligados a cumplir. Sin embargo, son las elecciones light. Ahí se ve la poca conciencia de unión que tenemos no solo en España, sino en todos los países.
El problema es que falta, como en muchas empresas, proyecto. Vamos avanzando, pero ¿hacia dónde? Como la empresa que va subsistiendo pero nunca llegará a ser nada, porque avanza a todas partes y hacia ningún sitio. Y es que, tener una meta y caminar hacia ella es importante, en todos los niveles. Nos quejamos de la falta de proyecto en las Pymes, sin embargo esto no es más que un reflejo de lo que pasa a todos los niveles en la sociedad.