Una de las experiencias más emocionantes de mi vida ha sido escribir un libro. Una vez escrito, ver cómo su diseño va tomando forma a través de las pruebas ya maquetadas que manda la editorial, es casi tan gratificante como convertir ideas en palabras.
Aunque, sin duda, uno de los mejores momentos, solo comparable con verlo en el estante de una librería, es cuando recibí la portada. Un gran trabajo por parte de la editorial y...