Para arrancar tras Semana Santa voy a compartir con vosotros un consejo que me dieron una vez y que practico a diario desde entonces.

En nuestro trabajo y, en general, en nuestra vida diaria hay cosas que nos gustan y otras que no tanto. Todo tiene cosas que no nos gustan. A veces son cosas que nos gustan menos y otras, cosas que odiamos con todo nuestra alma.

Una vez me dijeron, eso que no te gusta hazlo todos dos días, pero un poco cada día. En aquel entonces era estudiante y lo que hacía era estudiar un poco cada día de esa asignatura que no me gustaba nada. Al final, cuando se acercaba la fecha del examen prácticamente estaba el trabajo hecho y no tenía que dedicarle días enteros a esa asignatura que no me gustaba nada. Tanto me sirvió el consejo, que lo mantuve.

Así que cada día, hago un poquito de eso que no me gusta, o que me gusta menos. Así, cuando llega el momento de tener que hacerlo porque se terminan los plazos, no tengo que dedicar días a hacer algo que me gusta poco.

Ahora que volvemos de vacaciones y toca retomar la rutina, es una forma de hacerla más llevadera ¿verdad?