Estamos cansados de pedir a los políticos que cumplan lo que dicen. Estamos cansados de ver cómo se dicen cosas que no se hacen. Cómo se prometen cosas que no se pueden cumplir y quien promete con la tranquilidad de que no hará, porque no gobernará. Muy cansados de todo eso.

Claro, es muy fácil verlo en otros, pero mirar hacia adentro cuesta más. A día de hoy, sigue habiendo gente, al frente de empresas, sigue habiendo emprendedores que piden que se les ayude a vender productos diciendo que hacen cosas que no hacen. No puedes lanzar una campaña en redes sociales, prometiendo lo que no eres capaz de hacer. Y digo redes sociales porque es una herramienta al alcance de todos. Pero vale para cualquier medio.

Cada día tenemos la prueba de que no se buscan palabras vacías. Estas valen para un rato. Te dan una venta, pero te cierran veinte por cada una. Ya que hemos comenzado con el símil político, quizá hoy vale más que nunca aquello del «Puedo prometer y prometo». Porque si no puedes prometerlo, no debes hacerlo.

Vende lo que eres capaz de hacer, o lo que tu producto es capaz de hacer. Podemos ayudarte a llegar mejor a tus clientes, eso sí. Para eso existe el marketing. Para eso investiga y trabaja cada día el neuromarketing. Pero lo que no puede ser es vender lo que no se es capaz de hacer. Precisamente es una de las cosas que más afirman los avances en marketing y neuromarketing. El enemigo número uno de la fidelización es la decepción. ¿Para qué invertir recursos en algo que, de servir, solo sirve a muy corto plazo? ¿Para qué invertir en algo que se sabe no va a funcionar? ¿Para qué pan para hoy y hambre para mañana?