El marketing de contenidos bien entendido
Y se habla tanto de marketing de contenidos, que nos olvidamos que su propósito es atraer clientes. Pero atraer clientes a mi empresa y no a cualquier otra.
Está bien tener contenidos que puedan interesar a potenciales clientes, pero estos contenidos deben ser propios, no válidos para nadie de mi competencia salvo para mi. Por ejemplo, si tengo un restaurante especializado en paellas, publicar posts sobre las propiedades del arroz, la historia de la paella o diferentes modalidades, está muy bien, pero valen tanto para mi restaurante como para el de la competencia. No estoy introduciendo ningún elemento diferenciador que le diga a esos seguidores que tienen que venir «a mi casa» a probar como sabe la paella que hacemos.
Tampoco vale poner un post sobre la historia de la paella y añadir al final la coletilla de «las nuestras están buenísimas» o «las hacemos todos los días a mediodía». Por qué, porque se nota claramente que es un intento de vender nuestro producto metido con calzador. Lo más probable es que esas frases causen justo el efecto contrario al que queremos, pues «si fuesen tan buenas no haría falta decirlo a la desesperada» que es lo que la mayoría de los lectores seguramente piensen.
¿Cómo hacerlo entonces? Pues en lugar de contar la historia de la paella, cuenta la historia de tú paella, quién fue el primero en hacerla en la familia, cómo ha evolucionado la receta y enseña cómo se hace. Si tienes algún ingrediente secreto, pues dilo, di «ahora echamos el ingrediente secreto» sin mostrarlo, lo que causará aún más curiosidad en tus seguidores. Este contenido es propio, sirve a mi negocio, no a los demás.
Con la primera de las estrategias, a lo mejor consigues aumentar el número de seguidores. Pero tener muchos no es el objetivo. Lo es tener muchos que estén dispuestos a venir o que nos recomienden a gente que tenemos cerca por las ganas de venir que despierta nuestro contenido.
Por eso son muchas las empresas que ponen en práctica el marketing de contenidos, pero muy pocas las que lo hacen verdaderamente bien. Porque por cien euros al mes es imposible crear contenido propio, hacer las imágenes y vídeos necesarios, redactar los posts y publicarlos con una frecuencia de uno al día. Imposible, no salen los números. Salen con contenido prefabricado común a todos los negocios de mi sector que termina aumentando el número de seguidores pero no la tasa de conversión. Es decir tengo más gente que me sigue interesada en los productos que vendo pero que les da igual comprármelos a mi que a otro, porque no les estoy mostrando lo que hago, no les estoy dando motivos para venir a mi, sino para acercarse a todo el que hace lo mismo que yo.