Me preguntaban hace unos días, si consideraba «legítimo» que el marketing se valiese del conocimiento que le proporcionan las neurociencias para vender más.

Bueno, en primer lugar, recordemos que usar ese conocimiento no es garantía de venta. Aplicar ese conocimiento al marketing no hace directamente que vendamos más. Sino que sepamos y entendamos qué podemos hacer mejor. Incluso si hacemos un estudio de neuromarketing sobre nuestro producto o nuestro nuevo lanzamiento, tampoco implica vender más. Hace que tengas más datos sobre la mesa para que el riesgo sea menor, pero no implica directamente vender más.

Usar el conocimiento, del campo que sea, aplicado al campo que sea, es sinónimo de avanzar y de hacer las cosas mejor. A estas alturas nadie se plantea lo bueno o malo que una empresa use el conocimiento que le proporciona la ergonomía para que sus empleados estén más cómodos en la oficina. Es aplicar conocimiento para mejorar. Del mismo modo, aplicar conocimiento o estudios de neurociencias, implica mejorar.

Cruzar conocimiento de diferentes campos, sean los que sean, siempre enriquece. Y usando un eslogan publicitario, ¿Tú cueces o enriqueces?