Cuando olvidamos lo más potente
José Antonio tiene una cafetería en Toledo en una calle donde en apenas 1 km hay cinco cafeterías. Para distinguirse de las demás, él ha elegido focalizarse en tener un café de calidad y dulces y tartas de alta calidad y elaboración propia.
Ha diseñado una nueva experiencia corporativa donde ha cambiado logo, decoración de la estancia corporativa, música ambiental (dejando a un lado el hilo musical y haciendo una selección propia) y uniformidad del personal y su actitud (han entrenado con un coach en la mejor manera de atenderlos). Tras enviarme todos esos elementos, me pide mi opinión en general sobre la nueva experiencia corporativa.
Pues la veo muy acertada, pero creo que se te olvida un elemento importante y que puede ayudarte: El aroma. En tu local, no será nada caro instalar difusores eléctricos y ya que ofreces café de calidad, el aroma a café recién hecho puede ayudarte a comunicar esa sensación. Este aroma, ayudará a potenciar la sensación de calidad al tomar el café.
Habitualmente suele pasar desapercibido el aroma, sin embargo es uno de los elementos más potentes de la experiencia corporativa. Cuando un cliente entra en una cafetería que tiene buen café, el aroma a café, ayuda a que el cliente la identifique con este producto de calidad. Lógicamente, el café luego tiene que ser bueno. Además, este aroma tiene una ventaja. Es de los pocos que gustan tanto a los que habitualmente lo consumen, como a los que no. El café, dicho por muchos a los que no les gusta, huele mejor que sabe.