Desbordarse o no, depende de ti, no de lo pendiente

Hacía mucho que no lo escuchaba. Esta mañana me decían, «llevo dos días que no paro, no tengo tiempo para nada que no sea trabajar, pero la cantidad de trabajo no baja, cada vez tengo más cosas».

Hay veces que es verdad que uno se ve con demasiada carga de trabajo. Pero hay muchísimas otras ocasiones en las que no es un problema de carga de trabajo. Es un problema de eficiencia.

Dicen que no somos capaces de hacer muchas cosas a la vez. La cuestión no está en hacer mucho, sino en avanzar un paso en cada tarea pendiente de forma que ninguna se quede atrás. De ese modo uno no tiene la sensación de agobio de que hay cosas que no ha empezado y no sabe cómo hacerlas. Si además a todo le pones una fecha de fin y te organizas para llegar con la tarea terminada para ese día, aunque sea dedicándole cinco minutos diarios, lograrás completar muchos más proyectos de los que imaginas.

En la mayoría de ocasiones no son las tareas las que nos desbordan, es la sensación de agobio de verlas sin hacer.

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