Elegir color antes que el logo
Comparto hoy con vosotros esta consulta que me hace una lectora de Neuropymes de Alicante.
Nadia es estudiante de Grado en Marketing e Investigación de Mercados, diseñadora gráfica y quiere orientar su futuro profesional en el mundo del diseño. Me pregunta por qué en Neuropymes, para diseñar la experiencia corporativa, primero se buscan los colores y luego el nombre y la gráfica, cuando normalmente se suele hacer al revés.
Esta es una de esas ocasiones en la que se puede aplicar una frase que me ha acompañado durante todo el proceso de «El cliente no siempre no tiene la razón», me refiero a: «Que siempre se haya hecho así, no significa que sea la mejor forma de hacerlo». A lo mejor lo fue en algún momento, pero los mercados, los clientes y el conocimiento, cambian.
Lo más importante de una marca no es ni sus colores, ni su logo, ni su nombre ni su odotipo ni su música. Lo más importante es lo que transmite, lo que evoca. Lo que el cliente siente cuando la ve.
Por eso, inmediatamente después de saber a quién va dirigida y lo que queremos evocar con ella, el siguiente paso son los colores corporativos. Un logo, un nombre, sobre todo en una marca nueva, evocan sensaciones en el cliente cuando los mira directamente. Pero los colores lo hacen aunque pasemos cerca de ella sin mirarla. Por eso, el primer elemento debe ser el color, porque va a evocar los valores corporativos aunque el cliente no conozca la marca. El nombre y la gráfica (logo), que se ven en un segundo momento deben evocar aquello que los colores no han sido capaz de hacer en ese «primer impacto».
Por eso, el orden lógico, una vez que sabemos cómo nuestro cerebro ve y procesa la información, no es el habitual hasta hace poco, sino este nuevo. Primero colores y luego gráfica corporativa.