¿La desamericanización norteamericana?

Mientras que en el resto del mundo marcas como Coca-Cola y McDonald’s son las más reconocidas, en USA emergen otras con la misma fuerza con la que estas decrecen. Mientras en el resto del mundo cada vez abrimos más centros comerciales, en USA ya no se abren más y en los últimos tiempos se cierran.

Dicen que lo que pasa en Estados Unidos luego viene al resto del mundo, por lo menos en lo que a tendencias empresariales y hábitos de compra se refiere. Algunos se frotan las manos augurando la derrota de las grandes marcas con la predicción de un cambio de época sin grandes compañías.

Algo podemos tener seguro, esto último no va a ocurrir. Que hay un cambio de intereses, eso sí. Pero vienen otras igual de grandes que están ocupando el sitio. Las marcas que están emergiendo comiendo el terreno que pierden otras, son marcas de comida más sana. Son marcas que promueven otros hábitos mas Europeos, dicen algunos. ¿América se «Europeiza»? No soñemos tanto. Norteamérica sigue marcando tendencia en el mundo y ese interés por la comida más sana no es más que el resultado del tiempo que ellos llevan diciendo que hay que cambiar los hábitos alimenticios. Muchos menos que los que nosotros llevamos defendiendo la dieta mediterránea que no despega ni la mitad que estas nuevas tendencias en USA. Así que América sigue americanizada y defenderemos la dieta mediterránea cuando llegue desde allí hasta aquí. Y si no, tiempo al tiempo.

Nos falta empuje marketero, que diría un amigo mío. Pues sí, desgraciadamente sí. Inventamos poco y copiamos mucho y lo poco que inventamos no sabemos venderlo o no sabemos invertir en ello. Copiar significa ir por detrás del copiado. Para ir por delante hay que reinventar y tenemos pocos recursos para ello, pero no porque estemos viviendo un tiempo económicamente difícil. Sino porque ni enseñamos ni nos enseñan a reinventar. Ni enseñamos ni nos enseñan a ser emprendedores. Tenemos pocos emprendedores por vocación y demasiados emprendedores por obligación.

Para cambiar cosas hay que tener inquietud. Y desgraciadamente nuestra inquietud no nos lleva a tener empresas. Todos deseamos ser millonarios como Amancio Ortega o Juan Roig. Lo que ninguno deseamos es recorrer el camino que ellos recorrieron. Mientras que sigamos pensando así, no nos quedará otra que jugar a la lotería a ver si suena la flauta por casualidad. Decimos que hay que cambiar el mundo, pero pensamos que mejor que lo cambie otro. El mundo no se cambia superhéroes que de pronto ellos solos cambian sociedades enteras. Los grandes que fueron capaces de despertar pueblos enteros solo hicieron eso, despertar a la gente. Es la gente la que hizo el resto. Es la gente la que quiso cambiar y cambiando su entorno cambió el mundo. ¿Por qué no cambiamos cada uno de nosotros el nuestro?

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