Uno de los pocos bancos que no había cambiado su imagen desde hace tiempo era Banco Popular. Digo era, porque estos días está implantando la nueva.

Ha cambiado el granate por cereza. Y ha rescatado el blanco como color principal. Hace algún tiempo que los bancos optaron por colocar el que tradicionalmente había sido el color del logo como fondo. Además, ha eliminado la palabra «Banco», tendencia desde hace tiempo, también, en estas entidades. La tipografía también es diferente y con serifa (letras con «pies»), contrastando con la anterior que no tenía.

Con este cambio Popular se muestra más vivo, mucha más claridad en su mensaje y mucho más cercana. El banco está dando a entender con su imagen un cambio, un paso adelante, un trato más cercano a un cliente más online. Sin duda esta imagen será un acierto si el cambio no solo es visual.

Si el cambio es, como debería, respuesta a una nueva experiencia corporativa, sin duda se trata de una gran evolución en la marca. Si esos valores que expresa la nueva identidad visual también la transmiten sus oficinas y sobre todo sus empleados, entonces sí que será un acierto. Si el cambio solo responde a una imagen nueva, entonces será un desconcierto para clientes actuales y futuros.

En estos tiempos ya no valen solo cambios de imagen. Estos tienen que venir como consecuencia de un cambio de experiencia, lo que implica un cambio de mensaje, de actitud y de servicio al cliente. ¿Lo habrá entendido así Banco Popular? Esperemos que sí, el tiempo nos lo dirá.