La Rutina de Mantenimiento de la experiencia corporativa
Ya comenté en Neuropymes (libro) la importancia de la revisión tanto del Manual, como del Plan de experiencia corporativa. También cuál es la frecuencia adecuada y cómo hacerlo. No obstante, hay experiencias, que su propio diseño implica que haya una serie de elementos a revisar de forma casi continua.
Si tienes un aroma en tu estancia corporativa, no solo es necesario que este evoque tal y como comenté en el capítulo 5. También es necesario que el medio que uses para esparcir este aroma, esté correctamente funcionando y el nivel, en este caso, de ambientador no esté a cero.
Lo mismo ocurrirá, posiblemente, con otros elementos. Por ello, en estos casos, se hace necesario un tercer documento. Al manual y al plan de experiencia corporativa, habrá que añadirle una «Rutina de mantenimiento».
No se trata de un documento tan completo y extenso como los otros. Se trata, simplemente, de establecer (como indica su nombre) una rutina para revisar que los sistemas encargados de cada elemento de la experiencia, funcionan correctamente.
En el ejemplo anterior, estableceríamos una periodicidad para revisar que los difusores de aromas funcionan correctamente y están a un nivel superior a vacío. Además, marcaríamos una cantidad mínima de repuesto que deberíamos tener y una persona responsable de la revisión (que podemos ser nosotros mismos sin ningún problema) y de hacer los pedidos cuando se alcance el stock mínimo.
Así, en los casos en los que la experiencia depende en gran medida del correcto funcionamiento de uno o varios sistemas, nos aseguraremos que nunca dejarán de cumplir con su cometido.