Si el gigante de comida rápida tiene un producto conocido, ese es su Happy Meal. Pack que encanta a los niños por venir con un juguete de moda y ahora, también, con un ebook (aunque solo en Reino Unido).

Los pequeños clientes de la cajita feliz son los que ahora llaman nativos digitales y con esta estrategia McDonalds empieza a hablar con ellos en su mismo lenguaje, el digital, pero también en el de los padres, preocupados por la formación de sus hijos.

Sin duda un ejemplo de seguimiento constante del target. McDonalds ha aprendido del error de querer cambiar su imagen por la de «comida verde y sana» a base de imponer a los clientes lo que quieren comer sin haberles consultado. Ahora, en lugar de usar una estrategia propia de empresa del siglo pasado, imponer al cliente una necesidad, lo que hace es conocer al cliente e implantar estrategias para tener una relación natural con ellos. Con ellos y con sus papás, que son los que pagan y tienen la última palabra sobre ir o no al restaurante.