Nadie compra lo que no entiende

Una de las primeras cosas que cualquier emprendedor piensa que necesita es una asesoría fiscal, laboral y contable. Cualquier empresa tiene contratada los servicios de una hasta que crece y puede incorporar en plantilla a alguien que pueda hacer esas funciones. Nadie se plantea no tener este servicio externalizado o no. Sin embargo nadie se plantea tener nadie que le asesore en marketing.

¿Es que las empresas no necesitan vender? ¿Es que no necesitan una línea estratégica? ¿Es que…? Claro que lo necesitan, el problema no está en la necesidad, pero quizá sí que esté en todos los que nos dedicamos al marketing de manera directa o indirecta. A lo largo de todos los años que tiene esta disciplina no hemos sabido enseñar que somos necesarios. Es más, muchas empresas se sorprenden cuando contratan a un consultor y piensan que deberían haberlo tenido antes. No hemos sabido hacerlo… Curiosa paradoja, será por aquello de que en casa del herrero…

Ni siquiera las asesorías fiscales y laborales, más cercanas en temas de consultoría han pensado que podían incorporar a alguien para asesorar a sus clientes en estos temas. Claramente no hemos sabido poner en valor el papel del marketing en una empresa. No hemos sabido hacer llegar al cliente lo que somos capaces de hacer.

Como de todo se puede sacar una enseñanza, de esto también. No sirve de nada lo bueno que seas si tu cliente no sabe para qué sirve lo que haces. No sirve de nada tener el producto más práctico u útil del mundo si tu cliente no entiende para qué sirve. Y es más, no solo tiene que entender para qué sirve. Tiene que entenderlo. Da igual que vendas un producto que le haga ahorrar al cliente miles de euros, si no entiende como se instala (aunque tenga instalarlo otro), aunque sea grosso modo, no lo contratará. Nadie compra lo que no entiende.

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