Para elegir un odotipo
Sois muchos ya los que me habéis enviado el manual de experiencia corporativa que estáis confeccionando a la vez que leéis Neuropymes.
Prometo contestar a todos apartado por apartado, dando indicaciones en cada uno. Pero son muchos los que me los habéis enviado y no puedo ir tan rápido como quisiera. Pero os contestaré en un plazo menor a dos semanas, me lo he propuesto 😉
En dos de esos manuales, los dos recibidos la semana pasada, uno de un lector de Barcelona y otro de Granada, he observado el mismo error. Así, que me dispongo a escribir este post para solucionar posibles confusiones de otros lectores.
El odotipo es un aroma que usaremos como característico de nuestra empresa. Igual que el logotipo diferencia la nuestra de las demás, el odotipo también sirve para distinguirla.
Cumple, pues, una doble función. Identificar la empresa y evocar todos o alguno de los valores corporativos en el cliente.
El odotipo, aquí el error, no tiene por qué ser, necesariamente, un olor presente en nuestras instalaciones. Por ejemplo, si nuestra experiencia corporativa quiere evocar la infancia de nuestros clientes y el resto de los elementos y el target lo permiten, podemos usar aroma a talco como odotipo. Pero esto independientemente a que el talco sea un producto que vendamos o no.
Podemos vender ropa de bebé, no talco, pero usar este aroma para evocar la infancia de nuestros clientes.
Las condiciones a seguir para elegir el odotipo son:
1) Que evoque uno o varios valores corporativos.
2) Que se escoja pensando en que evoque esos valores en el target
3) Que sea compatible y complementario al resto de la experiencia corporativa.