Ayer se aprobó la ley nueva ley de consumo, que entre otras cosas impide las llamadas telefónicas «spam». No se podrá llamar a potenciales clientes desde los call centers, desde las 21:00 a las 9:00 ni tampoco fines de semana ni festivos.

Interesante propuesta, que contribuye al bienestar de los consumidores. Lo malo no es la ley, sino que haya hecho falta esta para que las empresas nos tengamos que plantear usar horarios de llamada que no molesten al cliente.

En la mayoría de los casos, quien llama no son las grandes compañías, sino otras pequeñas que comercializan las soluciones de las grandes. Cuando descolgamos el teléfono y nos dicen que llaman de Jazztel, Orange, Vodafone, Movistar o la compañía que sea, en la mayoría de los casos nos llama una pequeña empresa que comercializa las soluciones, no las propias operadoras de telefonía.

Muchas veces con el afán por vender, con la excusa de llamar «de parte de» y actuando en un mercado tan amplio (difícilmente la misma pequeña empresa llama dos veces al mismo cliente), escudados en todo eso se llama indiscriminadamente. Claro, esto es lo que pasa cuando no se piensa en global.

Efectivamente, difícilmente se llamará a otro cliente, pero otra empresa seguro que sí la llamará. Todos tenemos la sensación de Jazztel, Ono o la que sea, nos ha llamado veinte veces, cuando en realidad han sido veinte empresas distintas en nombre de estas. Con lo cual, extendemos la percepción en el mercado potencial de que somos unos pesados que nada más intentamos vender, lo que globalmente perjudica a todos.

Hoy que está tan de moda el término globalización, empecemos a pensar en global. Pensemos que aunque solo vamos a llamar una vez a un cliente potencial, otros también lo harán y lo que hagamos, nos perjudica a todos. Pues si todos los clientes están hartos de recibir llamadas, cuando llamemos nosotros van a descolgar con una mala predisposición, si es que conseguimos que descuelguen el teléfono.

Si aprendiéramos a pensar en global teniendo como centro al cliente, este tipo de leyes no sería necesaria, simplemente porque estas situaciones no se producirían y nos iría mejor a todos.