Tu color favorito y tu color corporativo
Hace unos días, en uno de los talleres Neuropymes, una emprendedora me contaba su caso. Se trata de una chica, periodista, que ha optado por el autoempleo para salir del paro y ha creado una agencia de comunicación especializada en Pymes.
Como podéis suponer, ella es la responsable y única empleada de la empresa. Algo muy normal en un negocio que empieza. Me decía que su color favorito es el verde. Y que por eso creía que este color debía ser el de su empresa. Puesto que es una seña de identidad suya, todos sus amigos y conocidos saben que le encanta ese color.
Es un error muy común construir la imagen corporativa a partir de los gustos y preferencias del emprendedor. No debe hacerse así.
Una vez que sabemos qué queremos evocar en nuestros clientes (valores corporativos) los diferentes elementos de la experiencia corporativa (el color es uno de ellos, como ya sabéis) deben escogerse en función de si evocan o no esos valores corporativos.
Si entre los diferentes colores que tienes para elegir y que evocan esos valores está el verde, que es tu color favorito, entonces escoge ese. Puesto que además de cumplir con su cometido (evocar) es una seña de identidad tuya. Pero si no cumple la primera condición, debe ser descartado.
Si un color no comunica al cliente esos valores, por mucho que sea tu color favorito, no debe ser uno de los corporativos. Los valores corporativos van en función del cliente y los colores en función de los valores. Nunca debemos elegir un color por algún otro motivo, pues ese color no será coherente con el resto de la experiencia. Y ya sabemos que las incoherencia nos llaman poderosamente la atención, con lo que estarás llamando la atención de tu cliente sobre algo que no te interesa.