Cuando la experiencia desplaza a la marca
Escuchaba en la radio esta mañana a un conocido fabricante, con una marca muy reconocida en nuestro país, anunciarse diciendo que no fabrican para nadie más. Que sus productos solo se comercializan bajo su marca… Y ahí está el problema.
Las marcas en el siglo XXI ya no son lo que eran hace a penas unos años. El siglo pasado bastaba con que tu imagen fuese conocida y se relacionase con el producto. Pero hoy no. Hoy una marca no es su imagen, sino lo que el cliente siente con ella.
Así pues, es posible reconocer una marca o recordarla solo por un sabor, un aroma o una sensación. Qué le ha pasado a este gran fabricante. Que se ha acomodado con su marca potente del siglo pasado mientras otros llamados «marca blanca» con conseguido que el cliente sienta con sus productos algo similar a lo que sienten cuando consumen la marca conocida. Y claro, el cliente ha asociado la marca blanca a ese producto y el gran fabricante ha caído ventas.
Cuidar la marca no es solo cuidar su representación gráfica, es cuidar su experiencia corporativa, quien no se convenza de esto, por muy grande que sea se arriesga a ser desplazado por su propia experiencia pero en manos de otro.