Una buena estrategia para invitar a los peatones a que se fijen en nosotros es colocar un reclamo en la puerta, como hace la tienda de la fotografía que ilustra este post.

Un gigante bote de maquillaje en la entrada, sin lugar a dudas llama la atención de quien pasa por delante. Cuando el otro día pasaba por delante de este comercio, me acordaba de una pregunta que me hicieron en una conferencia. Se trataba de una chica que había usado una estrategia parecida con una margarita enorme a la entrada de su floristería. Pero me comentaba que tras un mes, nadie le hacía caso a la descomunal flor.

Y es que todas las estrategias no son válidas siempre y en todo lugar. Es imposible prestar atención de forma consciente a absolutamente todo lo que nos rodea. No tenemos capacidad suficiente. Así que nuestro cerebro usa un pequeño truco para ahorrar recursos. Cuando ya sabe o cree saber lo que ya hay en un lugar, lo ignora.

Así pues, cuando ya sabemos que en la puerta de la floristería hay una margarita gigante no nos llama la atención, hasta el día en que hay algo diferente. Ese día sí, algo ha cambiado y entonces prestamos atención para descubrir qué. Para obtener más información.

Así pues, estos reclamos solo son válidos en calles muy transitadas en las que las que la mayoría de personas que pasan por la puerta cada día son diferentes. Si lo ponemos en una calle de un barrio residencial donde la mayor parte de los que pasan son los vecinos, tras varios días de haber puesto el reclamo, este pasa completamente desapercibido. No cumple su cometido. Lo único que podríamos hacer es cambiarlo cada cierto tiempo o alterarlo (por ejemplo cambiándole exageradamente el color). Pero quizá eso consuma demasiados recursos.

Por ello, antes de implantar una estrategia es conveniente adaptarla a nuestro negocio. Copiar no siempre es válido.