#Comohacer cuando el cliente cree que soy caro
Es importante ser, pero también parecer serlo. Lo que influye en la decisión de compra es lo que el cliente piensa. Si el cliente piensa que eres caro, da igual que no lo seas, ni te mirará la mitad de las veces pensando que te vas en el precio.
En estos casos, por lo general, bajar los precios no sirve de nada. Bajas los precios y la mayoría de los clientes siguen sin ni siquiera pensar en ti. Siguen creyendo que eres caro. Pones un cartel en la puerta con un precio bajo con unos números casi tan grandes como la fachada, con eso vendes algo, quitas el cartel y de nuevo nada. ¿Por qué?
Porque lo que le dice al cliente si eres caro o barato no son los números. La mayoría no entra por la puerta porque tienen la sensación de que eres caro, aunque no lo seas. Son los detalles lo que comunican lo que eres, por encima de los números.
El mobiliario, los colores, los elementos decorativos, todo eso construye esa sensación en el cliente y todo eso es lo que tienes que cambiar para eliminar esa sensación. O eso, o atraer a otro perfil de cliente diferente.
¿Acaso crees que Lidl no tiene recursos suficientes como para exponer sus productos de forma más elegante? ¿Acaso crees que no tiene recursos para iluminar cada sección de forma diferente o para que la imagen esté mucho más cuidada? Claro que sí, pero el lema de Lidl para competir son precios bajos. Por tanto, debe dar esa sensación. Y eso no se consigue con una decoración de tienda premium.
Lo que más olvidamos y menos tenemos en cuenta, los pequeños detalles, es lo que más comunica al cliente.