Crecer mejorando y no perdiendo lo mejor

Hace una semanas recibía un correo que una lectora del libro «El cliente no siempre tiene la razón» me había enviado desde el formulario de contacto de la web. Hasta ahí nada atípico, para eso está el formulario y recibo correos de lectores casi a diario.

Lo que no era tan frecuente, es que esta lectora tiene ¡14 años!, sí, solo catorce años. Muchos se preguntarán ¿Qué hace alguien de esa edad leyendo un libro para empresas? Esta chica me lo aclaraba en su correo. Lo había visto en una librería, le había llamado la atención, lo compró y lo leyó.

Además de leerlo, el libro le gustó, así que se decidió a escribirme. Y no contenta con eso, además de hacerlo, me propone que como ella no tiene empresa (obviamente), nadie de su entorno tampoco y tampoco, claro, menos entre sus amigos, que podría hacer un libro para divulgar el marketing y el neuromarketing entre chicos y chicas de su edad.

¡Ole, ole, ole y ole! Personas como esta chica, con esta inquietud, esas ganas de aprender, de proponer y de aportar, es lo que necesitamos. Aparte de la inquietud demostrada al comprar un libro así en una librería, sin importarle que fuese para otro perfil de lector. Además, no se limita solo a tratar de resolver una duda, ni a comentar alguna parte del libro, no, además propone nuevos proyectos, lanza ideas.

Gracias Paz (que así se llama). Gracias no solo por escribirme y leer uno de mis libros. Gracias por ser así, por esas ganas de aprender, de estar, de dar. Ojalá hubiese hoy gente, con el triple o más edad que tú que hiciese lo mismo. Nos iría muy diferente. La vida es un camino lleno de cambios, seguro que cambiarás muchas cosas, pero, por favor, no cambies eso. Todos de mayores deberíamos ser como tú.

Posts relacionados

2 Comments.

  1. Javier Persiva

    José, cuanta razón tienes. Me ha gustado mucho la experiencia con Paz, una niña excepcional, sin duda.

    • José Ruiz

      Sin duda, Javier. Con muchas así, nos esperaría un futuro realmente alentador.

Leave a comment