Cuando crees que triunfarás solo por ser mejor

Es más común de lo que parece. Arrancas tu negocio porque crees que la competencia lo hace mal. Crees que eres mucho mejor que ellos. Que puedes hacerlo mejor. Das un servicio de diez, lo haces genial, das todo por el mismo precio… Y los clientes siguen con ellos. Alguno se viene, sí… Pero ¿qué le pasa a la gente? ¿Por qué no huyen en bandada y vienen contigo? ¿Por qué la apertura de tu empresa no ha sido la ruina de tu competencia?… Si tú eres el bueno…

Pues pasa que ser el mejor no es motivo suficiente para «robarle» un cliente a la competencia. La fidelización tiene en cuenta otras muchísimas cosas. Cuántas cafeterías hay en este país con un café malísimo, pero están abarrotadas, cada día más y la que pone el café bueno enfrente está vacía. Una camarera, incluso una venta es motivo más que suficiente como para atraer a una clientela, como si de un imán se tratara.

Quizá seas el mejor, sí. Pero el cliente es fiel a su proveedor no solo porque sea bueno. Sino porque le da más. Es más, a veces estamos dispuestos a sacrificar la calidad del producto o servicio por eso otro que nos tiene unidos a él.

Ser el mejor solo te sirve para mantenerte en el mercado. Para que seas una opción. Pero no para ser el imán que atrae a todo cliente de la competencia.

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