Cuando el aroma es demasiado penetrante

No cabe ninguna duda, ya lo vimos en Neuropymes (libro) que el olfato no solo es uno de los sentidos vitales, sino que además es uno de los más potentes para usar en marketing.

Son muchas las empresas las que tienen su odotipo o bien usan aromas para ayudar a llegar mejor al cliente. Pero hay algo importante a tener en cuenta. El olfato, no solo es uno de los sentidos más potentes, sino que también es uno de los más fáciles de saturar.

Está bien tener un aroma corporativo, pero si este es demasiado penetrante o el sistema libera demasiado aroma, saturaremos el olfato del cliente, consiguiendo justo el efecto contrario al que deseamos.

Aroma sí, pero suave también. Es mucho mejor que el aroma esté, pero que no se note. Seguro que el olfato de la mayoría de los clientes sí que lo nota. Entonces es cuando está haciendo bien su función. Entonces es cuando el cliente está empezando a asociar ese olor a esa empresa, a esa tienda. Entonces es cuando el aroma empieza a formar parte de la experiencia corporativa. Sin embargo, si este es demasiado penetrante, entonces nos cargamos toda la experiencia diseñada.

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