El falso rumor de la desaparición de los caramelos Kojak

Pues no desaparecen, no. A pesar de que hay miles de posts millones de comentarios en redes sociales diciendo lo contrario. La propia compañía lo desmentía. Cierto es que está en concurso de acreedores. Y cierto es también que la empresa se liquida. Pero la producción de las famosas golosinas no está, de momento, comprometida. Se siguen fabricando y la liquidación es el paso previo tras es el concurso para vender la fábrica y su producción a otra empresa que se haga cargo de ella. Así, que nos queda chicle en el Chupachups, al menos de momento.

La noticia de que los caramelos de Fiesta desaparecían corrió como la pólvora hace unos días. En el mismo día, la administración concursal de la compañía emitió el desmentido. Sin embargo, este mensaje no ha trascendido. Es más, el rumor de la desaparición crecía y crecía y el desmentido ya estaba más que publicado.

Me recuerda a aquella vez que en los años sesenta a un señor apellidado McDonald (que no tenía nada que ver con las hamburguesas) se le ocurrió decir que había descubierto la forma de hacer publicidad subliminal. De forma que insertando unas imágenes que el ojo no percibía, aumentó el consumo de palomitas y refresco en un cine. Más tarde lo desmintió, bueno tardó dos años en hacerlo, pero en los sesenta dos años son como un par de semanas en estos tiempos. A día de hoy todo el mundo cree que es posible hacer publicidad subliminal y nadie sabe lo del desmentido. Nadie, ninguna empresa ni ningún laboratorio de investigación ha conseguido hacerlo, tan solo el falso testimonio del Sr. MacDonald, pero es igual. Incluso la legislación la prohibe. Prohibe algo que es imposible hacer. Es lo que tienen los rumores cuando se extienden. Exactamente igual que lo de Kojak.

¿Por qué ocurre esto? ¿por qué algunas noticias vuelan aún sin ser ciertas y sus desmentidos no? Tanto es así, que algunas grandes empresas, desmienten solo parte de los rumores de hay sobre ellas, pero no el rumor completo. MacDonald’s (ahora sí, la de las hamburguesas) muestra que su carne es de vacuno, pero no dedica ni cinco minutos en redes sociales a combatir los rumores acerca de su carne. Primero porque por muy grande que sea McDonald’s no puede luchar contra el mundo. Segundo porque también le interesa que se hable de ellos.

La respuesta a por qué hay noticias que vuelan, se resume en una palabra: Emociones. Cuando algo tiene un impacto emocional fuerte, vuela. En el caso de los Kojak, estos han formado parte de la vida de todos los que fueron niños en los ochenta. Su desaparición tiene impacto sobre las emociones de los consumidores y la noticia ha volado. Y simplemente ha sido una mala interpretación del proceso en el que está inmerso a la compañía. Es curioso, nos ha impactado la desaparición y seguramente llevábamos años sin comprarlos y ni nos acordábamos… Aunque quizá ahora, en estos días, se vendan más. Que no se me entienda mal con esta última frase. No es que la compañía haya dado pie a este malentendido a conciencia, no. Ni McDonald’s ni Coca-Cola a los suyos. Pero seguro que mal no les ha venido y en dos días nos hemos acordado más de los Chupachups Koyak que en los últimos diez años.

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