Experiencia corporativa sobre ruedas

Rubén de Córdoba, lector de Neuropymes y asistente a una de mis conferencias en esa bella ciudad, me ha hecho llegar una consulta que creo que es interesante compartirla con vosotros.

Nuestro amigo pregunta acerca de los vehículos de empresa. Cualquier vehículo de empresa, como elemento al que se le puede aplicar la imagen corporativa, puede y debe considerarse un elemento más de la experiencia corporativa.

Pero no solo la imagen del vehículo, también la forma que el conductor tiene de llevarlo, aparcarlo y desplazarse con él. El modo en la que el coche «se mueve» por la ciudad está hablando a tus clientes sobre quién es tu empresa y cómo se hacen en ella las cosas. Así que, cuidado con dejarlo en doble fila tapando la salida a otros coches que pueden ser de clientes potenciales y, encima, sin hacerle caso cuando insistentemente trata de avisarnos con su claxon de que molestamos. Porque es la empresa la que molesta, no solo el coche.

La pregunta de Rubén va más allá, su empresa tiene comerciales en calle y estos coche de empresa. No reparte mercancía con ellos, son los coches de los agentes. ¿Deben llevar la imagen corporativa o que la lleve aumentará la sensación de que vamos a venderle al cliente y puede ser contraproducente? Esta es la cuestión.

Normalmente no entramos al despacho del cliente con el vehículo. Puede que a sus instalaciones, pero no a su oficina. Con lo que no verá la imagen del coche. Y si la ve tampoco hay mucho problema, verá que viene alguien de nuestra empresa, eso no es malo. Quienes sí que verán los coches son aquellos clientes potenciales, el coche es una valla publicitaria con ruedas. Así que la respuesta es sí, vehículos de empresa no solo con la imagen de la empresa, sino con la experiencia corporativa de esta.

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